La Amazonia no es eterna

PARÍS, 1 febrero 2010 (Tierramérica)

La Amazonia “está muy cerca de un punto de inflexión” y, en caso de seguir la depredación, quedará reducida a un tercio del tamaño que tenía hace apenas 65 años, advirtió Thomas Lovejoy, uno de los más reconocidos biólogos tropicales del mundo.


El apocalipsis amazónico está a la vuelta de la esquina, aseguran científicos reunidos en la conferencia de lanzamiento del Año Internacional de la Diversidad Biológica.



El científico formuló estas declaraciones en la conferencia “Ciencia y políticas de biodiversidad”, organizada del 25 al 29 de enero en París por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). En esa oportunidad se lanzó el Año Internacional de la Diversidad Biológica.



Lovejoy, quien fue director del comité científico responsable de esta investigación, dijo que la Amazonia ya ha perdido entre 17 y 18 por ciento de sus árboles. Además, “tiene un destacable sistema hidrogeológico donde el bosque genera por lo menos la mitad de sus propias lluvias”.



Esto significa, literalmente, que el bosque produce precipitaciones en su propia área, pero también en muchas otras, entre ellas en el occidental estado brasileño de Mato Grosso, e incluso el norte de Argentina, explicó.

La temperatura en la Tierra ya ha subido 0,8 grados respecto de la era preindustrial. En la 15º Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada en diciembre en Copenhague, prácticamente todos los países acordaron que el recalentamiento no puede superar los dos grados.

Se estima que una sola hectárea de la Amazonia contiene unas 900 toneladas de vegetación, lo que incluye más de 750 tipos de árboles y otras 1.500 plantas, según la investigación.

Una sola laguna en Brasil puede sostener mayor variedad de peces que todos los ríos de Europa. Y en la cuenca amazónica se han identificado más de 2.000 especies, más que en todo el océano Atlántico.



La cordillera de los Andes y la selva amazónica albergan a más de la mitad de las especies de flora y fauna del mundo. Por ejemplo, allí vive uno de cada cinco pájaros del planeta.



Lamentablemente, antes de que termine este siglo se extinguirán muchas, tal vez la mayoría. Luego de millones de años de existencia, una gran cantidad de plantas, insectos, pájaros y otros animales no se verán más. La pérdida de hábitat y el cambio climático serán los principales motivos de su desaparición.



El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) estima que 30 por ciento de todas las especies se extinguirán para fines de este siglo, si el recalentamiento no se mantiene por debajo de dos grados.

“Nuestro propósito este año es centrar la atención del mundo en la necesidad de frenar la destrucción de la biodiversidad”, explicó el secretario ejecutivo del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Ahmed Djoghlaf, en la apertura de la conferencia en París.



Los países partes del Convenio acordaron en 1990 enlentecer el ritmo de pérdida de biodiversidad para 2010. Pero “no cumpliremos ese objetivo”, aseguró Djoghlaf a Tierramérica.



Sin embargo, con las acciones vinculadas al Año Internacional de la Diversidad Biológica, Djoghlaf espera que la biodiversidad, es decir la naturaleza, concite gran interés y apoyo de los dirigentes políticos y del público en general.

Bajo el lema “La biodiversidad es vida. La biodiversidad es nuestra vida”, los organizadores del foro de París lanzaron un plan educativo para explicar que plantas, animales, insectos, pájaros y bacterias conforman los ecosistemas mundiales que brindan a la humanidad alimentos, fibras, agua y aire limpios.


Según la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, 60 por ciento de los ecosistemas mundiales están degradados, por lo que “tenemos la obligación” de cambiar nuestro modo de vida, dijo Djoghlaf.

“Para la Amazonia en su totalidad, el bosque tropical remanente se reducirá a alrededor de tres cuartos de su área original para 2025 y sólo quedará un tercio para 2075, como consecuencia de la acción combinada del cambio climático, la deforestación y los incendios”, concluye el informe.