Vestido con un hábito franciscano de yute, llevando un bastón, un bolso colgado del hombro y descalzo, Massimo Coppo de 64 años, atrajo la atención de los periodistas y los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano este martes.
El frío era intenso y las precipitaciones continuaban, pero descalzo, de rodillas y con su humilde vestimenta, Coppo aseguró que no piensa abandonar el suelo de piedra de la plaza. “Vine a rezar, a presenciar esta importante elección que es difícil para la Iglesia. Es un momento hermoso, importante”, sostuvo en una entrevista para G1.
De rodillas, con los pies hinchados y bajo una fuerte lluvia, este peregrino vino caminando de Asís, a 180 kilómetros de Roma, sólo para presenciar el anuncio del nuevo papa.
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